La huida, el salto y la ruptura de la identidad también aparecen reflejados en el vestuario diseñado y creado por Amada Dominguez. El contenido de la exposición nos recuerda que estos conflictos internos son independientes del tiempo, la clase social, el género y la identidad sexual. La presencia del doble proclama la insensatez de seguir manteniendo esas distinciones en nuestra vida cotidiana. ¿Quién es nuestro protagonista? ¿Cuál es el género de nuestro protagonista? ¿Es ese detalle realmente importante en la situación en la que se encuentra? A través de juegos y trampas entre identidad y género, el personaje del doble nos enfrentará a la inutilidad de esa distinción. Por ello, el diseño del vestuario de cada personaje corresponde también a una época diferente; los años 40, 60, 80 y la actualidad, responden al patrón de conducta repetitivo del protagonista.

 

El abrigo es el denominador común de todos los personajes. Representa lo que se denomina “Desdoblamiento por fisión; personificaciones de un individuo del que originariamente no existía más que una”.  

 

 

 “ ¿Aún no sabes quién es ella?

Deberías saberlo a estas alturas. 

 Está aquí para mostrarte algo, para anunciarte algo. 

 …

¿Pero no te das cuenta de cómo va vestida?

 …

A no ser que te deshagas de ella, ya no hay vuelta atrás”.